A 4 horas de Lima, yendo por la carretera Libertadores, encontramos a Huaytará, un tranquilo pueblo a 2,700 metros sobre el nivel del mar y que es considerado Capital Arqueológica de Huancavelica. Hace algunas semanas tuve la oportunidad de conocerlo junto a mi familia y la verdad es que me impresionó la calma que reinaba por donde uno caminaba, pese a ser fin de semana. A eso se sumó el gran cariño y respeto de todas las personas con las que nos cruzábamos y nos saludaban, valor que definitivamente perdimos hace mucho tiempo en Lima.
Iniciamos nuestro recorrido conociendo el Templo de Huaytará, uno de esos lugares representativos del sincretismo religioso, una mezcla de culturas inca y española llevada a lo religioso. Es un lugar simpático, pero algo descuidado. Un humilde señor que funge de vigilante del lugar nos hizo ingresar luego de pagar los 2 soles que cuesta conocer el lado inca que permite ver la base de la actual iglesia de San Juan Bautista, donde está el conjunto de hornacinas de forma trapezoidal característico de nuestros ancestros. A un lado de este espacio también pueden encontrarse algunos bloques arrimados que deben haber formado parte de un acueducto de la época. Unos metros más allá puede verse el baño del inca.
Cabe resaltar que esta no es una iglesia cualquiera: desde el 2013 su imagen es parte de la Serie Numismática Riqueza y Orgullo del Perú. Mírala aquí >> http://www.bcrp.gob.pe/docs/Transparencia/Notas-Informativas/2013/nota-informativa-2013-03-20.pdf.
Mi pregunta llega casi de inmediato: si es riqueza y orgullo del Perú, ¿por qué no está en un mejor estado de conservación y por qué se le promociona tan poco? ¿Por qué no se le pone en valor?
El recorrido arqueológico continuó a la mañana siguiente. A 40 minutos de Huaytará se encuentra Incahuasi, un complejo inca cuyo significado nos indica que fue construido para servir como casa para el Inca. Antes de llegar se puede observar una hermosa y enorme laguna que acompaña perfectamente al cielo azul y a un paisaje que invita a conocerlo. Incahuasi es un lugar muy grande, impactante, pero lamentablemente no está en las mejores condiciones. Uno no llega a ver todo lo que podría. El acceso es además algo dificultoso en la actualidad. El potencial de este lugar es enorme, pero se nota que por aquí no hay mucho trabajo. Una lástima.
Entonces, ¿vale la pena conocer Huaytará? ¡Por supuesto! Es parte de nuestra historia, es un lugar tranquilo para descansar y también para compartir buenos momentos. Ver su cielo estrellado por la noche es algo espectacular. Ver la hermosa naturaleza que rodea el pueblo, además de comer rico y tener un alojamiento bastante económico, compensan totalmente el viaje. Solo falta darle una mirada al extraordinario reportaje hecho por Manolo Del Castillo.
Pero falta más. No se está aprovechando como se debería y eso marca la diferencia entre ser o no ser un lugar turístico de interés. ¿Qué falta? Invertir, cuidar, promocionar, es decir: PONER EN VALOR.
Nighel Schiaffino
Docente de Radio Informativa y del Taller de Periodismo para Multiplataformas.