Ciudark está todos los viernes a las 4 p.m. Se repite los sábados y domingos a la medianoche
Por Jaro Adrianzén
Desde pequeños la música ha sido parte de una formación integral que todos hemos recibido. No existe razón válida para creer que algún desafortunado sujeto no haya podido escuchar tal o cual canción: los sonidos de nuestro mundo siempre están a nuestro alcance. Somos como esponjas y si bien podemos controlar lo que leemos y hasta lo que vemos, es irremediablemente imposible no absorber los sonidos de los lugares que visitamos, de la gente que conocemos, de la cultura que vivimos.
Lima como tal se presenta cual diva deseosa de ser escuchada, cual cantante de bar de Quilca ansiosa por retener al público noctámbulo de la urbe, inmiscuida en un pacto intrínseco de deleite musical. Lima, esta ciudad que cuando se pone oscura da rienda suelta a sus demonios más recónditos, es el lugar ideal para contagiarse de esta adicción que es la música y el sonido. Sonidos de buses, de risas, de afiladores de cuchillos y de autos en retroceso, de heladeros y ropavejeros: el sonido de una ciudad que no defrauda.
Ciudark ha nacido como una propuesta para todos aquellos sedientos de una nueva escucha. Ofrece un viaje completamente gratuito a las varias dimensiones albergadas en la música y en su composición. Una parada en cada esquina melodiosa, parte de algo único y diferente al resto de canciones. La singularidad de cada una, y por ende, sus historias, sus miedos y sus logros son representados prolíficamente en Ciudark.
Cortesía alternativa
Fernando Cortés, gestor y productor de Ciudark, comenta que “la carga energética y emocional con la que se han escrito y grabado algunas canciones en la historia de la música ha sido tal que se crean campos magnéticos en torno a ellas, incursionando automáticamente en sus historias. Ciudark es un viaje por las calles y avenidas de estos temas musicales: historias que existen en alguna parte del tiempo-espacio”.
De igual manera, Cortés sostiene que “existen infinidad de mundos paralelos al nuestro, puertas dimensionales que se abren y a las que accedemos sin querer o de forma voluntaria. Ciudark es uno de estos mundos”. Y como mundo tan desconocido e inexplorado que es, cerrar los ojos y encender nuestros más profundos instintos musicales es necesario para abordar el transporte a Ciudark, un viaje completamente diferente. Escuchar ha dejado de ser suficiente, es momento de vivir la música. Desafortunados aquellos que no concreten el viaje.
Escucha los dos primeros episodios de Ciudark: