Tres años han pasado desde el día en que Rito Verdugo se fundó como banda. Y si bien las condiciones a las que han llegado hasta este punto de su trayectoria no han sido las mejores, esto no impidió que nos regalen nuevo material. Es así como llega “Post Primatus”, un EP de apenas cuatro temas que, a pesar de su corta duración, sorprende por una lograda evolución de su pesado sonido. Eso sí, sin perder aquellos subidones de adrenalina que generan cada uno de sus temas.
En casi 15 minutos, la banda conformada por Rodrigo Chávez (voz/guitarra); Carlos del Castillo (bajo); Alvaro Gonzales del Valle (guitarra) y Luis Rodríguez (batería) opta por un producto que no pierde tiempo en introducciones. Desde el primer segundo se nota mayor osadía y confianza en lo potentes que sus canciones pueden llegar a ser. Con un despliegue protagonista de sus dos estridentes guitarras y el martilleo contundente de su batería, el cuarteto nacional juega con los tiempos para siempre terminar desencadenando más caos y destrucción.
Comenzando con “Misterio”, la irrupción de un sonido hipnotizante contrastado con el golpe calmado de los toms genera una sensación de trance y confusión a lo que la presencia de un repetitivo canto de Rodrigo y la aparición de una guitarra vacilante marcan el tono agresivo que también se hará presente en los temas posteriores.
Empieza “Monte Gorila” y con la canción también se eleva la energía del oyente. A través de una guitarra que parece indicar el despegue hacia la absoluta locura que aportan la convergencia entre los instrumentos y su pesimista lírica, los muchachos nos sumergen a una odisea de angustia y confrontación en la que las cuerdas chillan y emocionan de una manera que no se le había escuchado al grupo anteriormente.
Tintes punk se sienten en el riff de “Lo subnormal”. Este tercer tema alterna entre un ritmo zigzagueante y pesado el cual va rápidamente escalando niveles hacia un clímax demencial en el que la voz de Rodrigo se hace más presente que nunca y la distorsión y espesura de la guitarra se agravan con el paso de los minutos.
Pero no es hasta “Inhumación”, última pieza del disco, que se obtiene un breve segundo de calma tras toda la vorágine arrolladora que fueron esos dos temas anteriores. Abriendo con un ambiente austero y misterioso producido por el tintineo de los platillos y la constante repetición de acordes producidos por la guitarra, este tema se siente más tranquilo que sus antecesores pero no deja de ser igual de estridente como el primero.
De esta manera, Post Primatus comparte mucho del estilo con el que la banda irrumpió en la escena nacional a través de Cosmos, su primer disco. Sin embargo, para esta ocasión llevaron sus mejores cualidades a una nueva dimensión logrando un sonido no solo más explosivo sino que también más experimental. Compuestos desde un inicio por Rodrigo en tiempos de cuarentena, estos cuatro temazos ya se encuentran disponibles en diversas plataformas como Spotify o Bandcamp.
Por: Marcelo Pastor.